Ayer falleció uno de los humoristas gráficos más importantes del país. Aunque todos lo
esperábamos, nadie imaginó un desenlace tan abrupto. Nunca fui un gran fanático de sus obras, pero puedo reconocer que el talento y la calidad de un trabajo son independientes de mis gustos. Alguien dijo hoy que el negro prefirió morir el 19 de julio para no arruinarnos el día del amigo. No es sorprendente decir que el negro tenía muchísimos amigos. Lo sorprenderte es que él no lo supiera. «La risa está triste», dice mi amigo Alejandro. Nos queda despedirlo, pero con el espíritu renegau. Gracias, Negro.
…Era mi norte, mi sur, mi este y mi oeste, toda mi semana de trabajo y mi día de descanso dominical. Mi mediodía, mi medianoche, mi charla, mi canción. Pensé, y estaba equivocado, que nuestro amor duraría siempre…Ya no quiero las estrellas, que las apaguen… porque ya nada de lo que venga habrá de ser bueno