En este libro, Ken Robinson da una vasta colección de casos en los que las personas encuentran lo que él denomina «el elemento», lo que se traduciría en aquellos espacios y situaciones en los que las personas fluimos de un modo natural y podemos realizar determinadas actividades sin demasiado esfuerzo con un alto nivel de competencia, excelencia y hasta profesionalismo.
El secreto, según el autor, consistiría en que cada persona encuentre su elemento y, una vez allí, fluir en armonía con la vida, con lo que somos y podemos dar en la vida.
El libro, en sí mismo, permite expandir la mirada sobre nuestra vida y nuestras posibilidades y arrojar algo de luz sobre las condiciones que hacen más o menos factible encontrarlo. Y no va más lejos. El libro muere ahí, invitando al lector a descubrir su propio elemento. Por esta razón, a la obra le sobran casi todas las páginas y termina siendo una compilación de ejemplos y casos de personas que han encontrado su elemento y lo importante que fue en sus vidas, dándoles en algunos casos un giro de 180°. Y nada más. Es un buen libro para aquellos que quieren ahondar en qué es «el elemento». Por lo demás, un libro del que tranquilamente se puede prescindir.
Facilidad de lectura: 10
Un lenguaje muy claro y un vocabulario adecuado. Muy fácil de leer.
Profundidad del tema tratado: 10
Si al lector no le queda claro lo que es «el elemento», sus condiciones de factibilidad y cómo puede cambiarle la vida, entonces deberá volver a la educación básica de la escuela primaria. No hay forma de que esto no quede claro. «El elemento» está explicado, sobre explicado y super explicado. Pero es tan simple y chato, que la profundidad se alcanza en las primeras páginas. Después, el libro se va repitiendo a sí mismo.
Extensión: 3
Es demasiado extenso de un modo innecesario.
Precio edición impresa: 2
No es un libro costoso, pero entiendo que es demasiado caro para lo que dice.
Facilidad de acceso: 4
No es muy fácil de conseguir. En general, se consigue por pedido. No pude encontrarlo disponible para libros electrónicos.
Puntaje final: 5,8 fernecitos.