Entre las distintas temáticas que aborda la literatura, sin duda el amor es uno de los grandes protagonistas. Autoras y autores de todas las épocas, continentes, religiones y razas han incursionado en el género. El desengaño, la compañía, el regreso y la traición; el amor no correspondido, la primera novia y la media naranja aparecen en novelas, cuentos y poesías, sin escapar de este tema las distintas corrientes y vanguardias estéticas.
Me dice ella a menudo: “El amor es cursi. Decirle a alguien que lo necesitás, que te falta el aire cuando no está, es cursi. ¿Cómo expresás el amor sin caer en ese lugar?” Y creo que tiene razón. Sin embargo, para el bien de todos aquellos que amamos evitando esas demostraciones difíciles, existen autores dispuestos a regalarnos su talento diciendo todo lo que hay que decir sin hacer explícitos los besos y las caricias, dejándonos en las puertas de la interpretación.
Por esta razón traemos al boletín a un polígrafo que nos refiere un amor perdido y difícilmente recuperable. Hablamos de Robert Desnos, un francés nacido en el año 1900 que, abandonando la escuela a los 16 años, se ganó la vida escribiendo crónicas de cine y teatro. Incursionó en el dadasísmo y el surrealismo, fue amigo y enemigo de Breton, hizo apariciones como crítico de jazz y de cine, tuvo su programa de radio y participó activamente de la resistencia francesa en la segunda guerra mundial. Fue arrestado por la Gestapo en su domicilio y recorrió diferentes campos de concentración hasta que, finalmente, encontró la muerte por tifus en el de Terezín (situado en la actual República Checa) unas semanas antes de que el campo fuera liberado por los aliados.
Tanto soñé contigo.
Tanto soñé contigo que pierdes tu realidad.
¿Todavía hay tiempo para alcanzar ese cuerpo vivo y besar
sobre esa boca el nacimiento de la voz que quiero?
Tanto soñé contigo que mis brazos habituados a cruzarse sobre
mi pecho cuando abrazan tu sombra, quizá ya no podrían
adaptarse al contorno de tu cuerpo.
Y frente a la existencia real de aquello que me obsesiona y
me gobierna desde hace días y años,
seguramente me transformaré en sombra.
Oh balances sentimentales.
Tanto soñé contigo que seguramente ya no podré despertar.
Duermo de pie, con mi cuerpo que se ofrece a todas las
apariencias de la vida y del amor y tú, la única que cuenta
ahora para mí, más difícil me resultará tocar tu frente
y tus labios que los primeros labios y la primera frente
que encuentre.
Tanto soñé contigo, tanto caminé, hablé, me tendí al lado de
tu fantasma que ya no me resta sino ser fantasma entre
los fantasmas, y cien veces más sombra que la sombra que
siempre pasea alegremente por el cuadrante solar de tu vida.
A la mystérieuse ( Corps et Biens )
Robert Desnos 1930.-