Los lunes asisto a un taller de literatura. Soy el único hombre en un grupo de diez. Abstenerse varones canallas que quieren apropiarse de corazones dóciles: hay una sola señorita que acusa la edad de 24 años y está casada. Después sigo yo y luego la más joven ronda los cincuenta años, cerrando la lista una señora que va en colectivo con sus tiernos 77 años.
Hace unos quince días asistió al encuentro una muchacha de unos jóvenes 16 años, invitada por la directora del taller. En un intento de integrarse al grupo expresó una idea y decía (palabras más, palabras menos) que Internet no es tan malo como la gente dice, porque de esa manera (mediante el correo) circulaban poemas de Neruda, Machado y algo de García Márquez.
Me puse a pensar: en mis años de correo electrónico he recibido cadenas, chistes, publicidad, cartas de señoritas muy interesantes, cartas de damas muy poco interesantes y, tal vez, siete poemas. La estadística no era alentadora. Menos si sumamos que se le adjudica a Borges poemas que nunca escribió y a García Márquez cosas que nunca dijo. Pero existe un escritor santafesino que regularmente se acuerda de obsequiarme las palabras de otros y me resulta muy grato.
Si bien la idea de la piba no me convencía, me la había dejó picando: Internet es un buen lugar (si se le puede llamar así) para hacer circular cultura. Y entonces me pregunté si yo no era capaz de regalarle algo a la gente que me rodea, algo que me haya impactado. Demás está decirles que no les voy a mandar novelas enteras, o cuentos; sino cositas mínimas.
Me encantaría regalarles, pero no me enojo si alguien no quiere recibirlo. A ellos les digo, simplemente, que me avisen y el problema está solucionado.
Acá les mando lo primero y, como no podía ser de otra manera, se trata de fantasmas, espero que les guste. Saludos, besos y abrazos: León
Definición de fantasma
¿Qué es un fantasma?, preguntó Stephen. Un hombre que se ha desvanecido hasta ser impalpable, por muerte, por ausencia, por cambio de costumbres.
James Joyce
Ulises (1921)