Boletín Culturín N° 27 – Navidad

A esta altura del año, como todos los años, tenemos las fiestas encima y se acerca Navidad a paso redoblado. Por eso hoy reflexionamos acerca de lo verdaderamente importante en estas fechas: quién hace el vitel toné y quién compra el hielo. Atrás quedó el milagro de la Anunciación, el engaño de los reyes magos y el nacimiento de Jesús entre unos animales que apestaban a animales. Atrás quedaron las teorías que buscan la fecha precisa del nacimiento. Todos sabemos que un mundo atravesando la cuarta revolución industrial necesita una Navidad aggiornada y con poca carga sensiblera. Los regalos, la comida y los chicos que no salen de la pileta hacen que todo lo demás sea superficial y artificioso.

Por este motivo, querido lector del boletín, hay que estar atento para no distraerse deseándole felicidades y que se cumplan los deseos de algún familiar al que no le preguntamos en todo el año si fue feliz o si se cumplieron sus deseos del año pasado. Es más, estoy seguro de que si apuramos un poquito la cosa, ni siquiera sabemos qué desearon ni qué causa apoyamos con un brindis de apariencia inocente.

Y tengamos mucho cuidado, porque tal vez aparezca un cristiano auténtico o alguna tía bienintencionada que haga preguntas genuinas sobre nuestros proyectos y sobre el verdadero “yo”. Estos seres son un problema para pasarla bien, son los verdaderos grinch de las fiestas y te obligan a pensar en tus deseos, en la gente que te rodea y en el corchazo que puede surgir si no tenés medianamente resuelto todo eso. Y si te descuidás un poco más, hasta podés terminar comiendo pan dulce.

Así que, surfistas de las fiestas, cuidemos las pilchas y el morfi porque dedicarse a pensar si estás desperdiciando tu vida o convirtiéndote en una persona estúpida, no garpa en esta fiesta. Hay que hacerla bien, como si fuese un asado de domingo pero con mejores ropas y entrega de regalos, regalos que, claramente, son directamente proporcionales al cariño que le tenemos al beneficiario. Quien recibe boxer, observa los regalos ajenos, se sabe. Si la tradición de regalar se la debemos a los romanos, a los reyes magos o a San Nicolás, quedará para otro boletín. Hoy, nos limitaremos a recordar las palabras del infaltable G.K. Chesterton:

«La Navidad está construida sobre una bella e intencional paradoja; que el nacimiento de Aquel sin hogar sea celebrado en todos los hogares».

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