«No soy de escribir mucho, pero hoy me levante y me dije que día aterrador deben a ver vivido los habitantes de América hace 514 años.
Empecé poniendo en mi nick del Chat la frase ‘un día como hoy, hace 514 años la muerte en viva comenzó en América Latina’.”
Así comenzaba el correo de un amigo. Un torbellino de ideas y maldiciones vinieron a mi mente. La ira misma me impidió empezar a escribir hasta que pude concentrarme nuevamente. Decidí hacer un boletín culturín extraordinario (el número ocho estaba muy próximo) acerca de la conquista y “el encuentro de dos culturas”. Disculpen si no encuentro las palabras más precisas, pero mi excitación no me permite la sutileza.
En sentido estricto, América fue descubierta (por los europeos, claro. El continente ya existía y los aborígenes lo conocían) el 13 de Octubre de 1492. Pero el 13 es de mala suerte y el 12 se acomodaba mucho mejor a la religión y a la corona. Entonces, por decreto, el nuevo continente aparece en el mapa ese día.
Colón estaba sorprendido. Los aborígenes tomaban la espada por el filo, desconocía en concepto “robo” y “asesinato”, vivían en armonía y eran pacíficos. El almirante es hombre de ingenio agudo y se da cuenta que con apenas 50 hombres puede someter a todos los nativos. Los aborígenes comienzan a ser esclavos de los españoles, son exigidos a conseguir oro, perdiendo las manos en caso de desobediencia. Algunos arahuacos se escapan a las montañas (serán perseguidos con perros hasta la muerte). Otros toman veneno extraído de la mandioca y el resto se somete. Pero un día atrapan a un blanco, lo ahogan y lo tienen tres días tratando de resucitarlo. Al ver que el cuerpo no sólo no se animaba, sino que despedía olor; tomaron conciencia de que los blancos no eran inmortales, y se prestaron a ofrecer resistencia. No hay que ser muy perspicaz para saber como termina la historia del aborigen en América. Y lo que es peor: seguimos sometidos a las voluntades benévolas de los dueños del libre mercado.
Lo que sigue es un pasquín que circula en Oruro (abril 1781), cuando el luego ejecutado Túpac Amaru prepara ejércitos (con aborígenes, mestizos, criollos y europeos) para pelear contra la opresión de las colonias.
Ya en el Cuzco con empeño,
quieren sacudir y es ley,
el yugo de ajeno rey
y coronar al que es dueño.
¡Levantarse americanos!
tomen armas en las manos,
y con osado furor
maten, maten sin temor
a los ministros tiranos.